lunes, 16 de enero de 2012

Como dicen por ahí: Nada dura para siempre..

Todo tiene su final...

O por lo menos así parece, después de muchas ilusiones, amor y pasión.. Se acabó, nadie lo vio venir pero sabíamos que iba a pasar. El tiempo juntos ya no era lo mismo, antes los silencios se escondían detrás de un beso, y ahora un silencio era solo un silencio, acompañado de un suspiro de aburrimiento.. Un pensamiento macabro que domina los sentidos: "¿en qué momento todo cambió?" o realmente nada cambió, solo se despejó aquella nube de impulsos que dominaban la relación, se agotó el tiempo para vernos, me río con todos menos contigo, me cansé de dar todo y no recibir nada, el maldito orgullo siempre estuvo al frente, nunca pedí detalles solo pedí atención, pero no el tipo de atención enfermiza en la que tenías que saber cuántas calorías me comí, una atención mínima, con la que mostraras un poquito de interés por mi existencia-. Y así, los años se convirtieron en agonizantes segundos de un "no eres tú, soy", "mereces mucho más de lo que te puedo ofrecer", "no quiero cambiar lo que tenemos, pero un tiempo solos nos vendría bien"..

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