sábado, 21 de abril de 2012

Hay días que amanezco en el siglo XII

Y no por la carreta..


Lo digo por tus mensajes, tu forma de hablarme y tus métodos cursis en general. En algún momento pensé que eras lo que quería, por eso le echo la culpa a la química. Algún estudioso metaquímico infrahumano decidió estudiar los efectos del amor y resulta que todo es hormonal, mental y físico. Dicen los que mucho aparentan que el primer año es el más difícil. Ojalá eso fuese cierto y no habría perdido el tiempo detrás de ti, de tu cabello castaño y tu voz. Y es que resulta que son tantos días viéndote y conociéndote, que ya no estoy segura de quererte, pero sé que no es mi culpa, porque siempre hice todo lo que pude por darle algo de vida a esto, pero tu mensajito en la mañana siempre fue el mismo, "buenos días, como estás, que haces??", el respectivo "quiero verte", "te extraño", pero que nunca pasaron de eso, siempre me toca dar el primer paso, todos los sábados en la mañana el mismo desayuno, y la respectiva salida al cine 2x1 porque "es más barato". Al principio no se me ocurría pensar si quiera estar lejos de ti porque "me ibas a hacer falta", después las conversaciones se hacían más aburridas y monótonas, hasta era mejor quedarse en silencio por media hora. Las discusiones que al principio eran divertidas, ahora se convirtieron en la excusa perfecta para no saber de ti en días, las cosas que antes me importaban de ti, pasaron a ser un examen de rutina. "Amor, corazón, cariño" y el resto de apoditos cursis para avergonzarnos porque perdieron sentido,  de verdad quisiera creer que esto es una "etapa" pero sé que no, se acabó la química, me tragué el baygon y las mariposas murieron, porque el solo hecho de pensar que estaremos juntos se me hace pesado, simplemente me aburrí de tus técnicas prehistoricas de "quererme", y empiezo a pensar que ni siquiera valoraste lo que teníamos cuando pudiste.